Detectar planetas de otros sistemas solares representa un desafío importante, ya que son pequeños y de escaso resplandor en comparación con sus estrellas, y además están casi pegados a ellas desde la perspectiva visual de la Tierra.
Las dos técnicas más prolíficas para buscar exoplanetas son la de la velocidad radial (intentar detectar el sutil bamboleo de la estrella provocado por el tirón gravitatorio de un planeta en órbita) y la de los tránsitos (intentar detectar planetas cuando, desde la dirección de observación del telescopio, cruzan por delante de sus respectivas estrellas, lo cual crea un minieclipse y atenúa el brillo de la estrella en un grado minúsculo pero delatador).
Un equipo de científicos de la Universidad de Tel Aviv en Israel, y del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, estas tres instituciones en Estados Unidos, ha descubierto recientemente un exoplaneta gracias a usar un nuevo método que se basa en parte en la teoría de la relatividad de Einstein.
La técnica fue propuesta por vez primera por Avi Loeb del CfA, y su colega Scott Gaudi (ahora en la Universidad Estatal de Ohio) en 2003. (Casualmente, ellos desarrollaron su teoría sobre la técnica mientras visitaban el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, donde trabajó Einstein.)
El nuevo método, puesto en práctica por el equipo de David Latham del CfA, y Simchon Faigler y Tsevi Mazeh de la Universidad de Tel Aviv, se basa en captar tres pequeños efectos que se producen al mismo tiempo a medida que un planeta gira en torno a su estrella. Explicados de forma sencilla, son un abrillantamiento y un oscurecimiento sutiles, el estiramiento también sutil de la estrella por acción de la gravedad del planeta, y un efecto derivado de la luz estelar reflejada por el planeta.
"Ésta es la primera vez que se ha usado esta faceta de la teoría de la relatividad de Einstein para descubrir un planeta", recalca Mazeh.
Una vez identificado el nuevo planeta, fue confirmado por Latham usando observaciones de velocidad radial efectuadas en el Observatorio Whipple de Arizona, y por Lev Tal-Or (Universidad de Tel Aviv) en el Observatorio de Haute-Provenza en Francia. Un análisis detallado de datos reunidos por el Telescopio Espacial Kepler también mostró que el planeta realiza tránsitos por delante de su estrella, lo cual proporcionó una confirmación adicional.
El "Planeta de Einstein", formalmente conocido como Kepler-76b, es un "Júpiter caliente" que da una vuelta entera en torno a su estrella en tan sólo un día y medio. Su diámetro es alrededor de un 25 por ciento más grande que el de Júpiter y su masa es de aproximadamente el doble que la de Júpiter. La estrella en torno a la que orbita es algo más masiva y caliente que el Sol, y está a unos 2.000 años-luz de distancia de la Tierra, en la constelación del Cisne.
El planeta siempre muestra una misma cara a su estrella, como hace la Luna con la Tierra. Como resultado, Kepler-76b alcanza una temperatura de unos 2.000 grados centígrados (unos 3.600 grados Fahrenheit) en ese hemisferio donde siempre es de día.
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El "Planeta de Einstein", formalmente conocido como Kepler-76b, es un "Júpiter caliente" que da una vuelta entera en torno a su estrella en tan sólo un día y medio. Su diámetro es alrededor de un 25 por ciento más grande que el de Júpiter y su masa es de aproximadamente el doble que la de Júpiter. La estrella en torno a la que orbita es algo más masiva y caliente que el Sol, y está a unos 2.000 años-luz de distancia de la Tierra, en la constelación del Cisne.
El planeta siempre muestra una misma cara a su estrella, como hace la Luna con la Tierra. Como resultado, Kepler-76b alcanza una temperatura de unos 2.000 grados centígrados (unos 3.600 grados Fahrenheit) en ese hemisferio donde siempre es de día.
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