El cerebro de los neandertales estaba adaptado para dotarles de una mejor capacidad de visión, según los resultados de una nueva investigación.
Aunque el cerebro de los neandertales era similar en tamaño al de los humanos anatómicamente modernos, un reciente análisis de datos fósiles sugiere que la estructura de su cerebro era diferente. Los resultados implican que grandes áreas del cerebro neandertal, en comparación con el cerebro de los humanos anatómicamente modernos, estuvieron destinadas a la visión, dejando menos espacio para el pensamiento de nivel superior, una habilidad intelectual que se necesita para formar grandes grupos sociales, la base para fundar una civilización y emprender el camino del progreso científico y tecnológico.
Esto explicaría en buena parte los diferentes destinos que tuvieron el neandertal y el humano anatómicamente moderno.
Los neandertales, limitados a grupos sociales muy pequeños, habrían sido menos capaces de mantener redes de comercio y de lidiar con las dificultades ambientales a las que se enfrentaban en su entorno eurasiático, porque tendrían menos amigos de quienes recibir ayuda en tiempos de necesidad. Esa menor complejidad social también habría tenido consecuencias negativas sobre su capacidad para crear, conservar y aprovechar las innovaciones, al dificultarse la transmisión y expansión del conocimiento generado por cada individuo.
Aunque el cerebro de los neandertales era similar en tamaño al de los humanos anatómicamente modernos, un reciente análisis de datos fósiles sugiere que la estructura de su cerebro era diferente. Los resultados implican que grandes áreas del cerebro neandertal, en comparación con el cerebro de los humanos anatómicamente modernos, estuvieron destinadas a la visión, dejando menos espacio para el pensamiento de nivel superior, una habilidad intelectual que se necesita para formar grandes grupos sociales, la base para fundar una civilización y emprender el camino del progreso científico y tecnológico.
Esto explicaría en buena parte los diferentes destinos que tuvieron el neandertal y el humano anatómicamente moderno.
Los neandertales, limitados a grupos sociales muy pequeños, habrían sido menos capaces de mantener redes de comercio y de lidiar con las dificultades ambientales a las que se enfrentaban en su entorno eurasiático, porque tendrían menos amigos de quienes recibir ayuda en tiempos de necesidad. Esa menor complejidad social también habría tenido consecuencias negativas sobre su capacidad para crear, conservar y aprovechar las innovaciones, al dificultarse la transmisión y expansión del conocimiento generado por cada individuo.
El nuevo análisis fue conducido por Eiluned Pearce y Robin Dunbar de la Universidad de Oxford, y Chris Stringer del Museo de Historia Natural en Londres, ambas instituciones en el Reino Unido.
Trabajando con fósiles de hace entre 27.000 y 75.000 años, principalmente provenientes de Europa y de Oriente Próximo, el equipo de investigación comparó los cráneos de 32 humanos anatómicamente modernos y 13 neandertales con el fin de examinar la organización y el tamaño del cerebro. En un subconjunto de estos fósiles, el equipo de investigación halló que los neandertales tenían las cuencas oculares significativamente más grandes y, por tanto, poseyeron ojos más grandes que los del ser humano anatómicamente moderno.
Los investigadores calcularon el tamaño del cerebro típico a partir de fósiles, teniendo en cuenta las necesidades de procesamiento visual y otros factores.
Una vez contemplados todos los elementos de juicio, los investigadores pudieron averiguar que porción del cerebro quedaba disponible para otras funciones cognitivas.
Una investigación previa realizada por los científicos de la Universidad de Oxford mostró que los seres humanos modernos que viven en latitudes más altas desarrollaron a lo largo de su historia evolutiva áreas visuales más grandes en el cerebro, para así poder lidiar con niveles luz menores que los reinantes en África.
El nuevo estudio se basa parcialmente en los resultados de esa investigación previa, y lleva sus conclusiones un paso más allá, al sugerir que los neandertales muy probablemente tenían los ojos más grandes que los seres humanos anatómicamente modernos, porque habían evolucionado en Europa, mientras que los humanos anatómicamente modernos se desarrollaron en zonas de baja latitud, de África, y sólo se propagaron al resto del mundo en fechas evolutivamente recientes.
Trabajando con fósiles de hace entre 27.000 y 75.000 años, principalmente provenientes de Europa y de Oriente Próximo, el equipo de investigación comparó los cráneos de 32 humanos anatómicamente modernos y 13 neandertales con el fin de examinar la organización y el tamaño del cerebro. En un subconjunto de estos fósiles, el equipo de investigación halló que los neandertales tenían las cuencas oculares significativamente más grandes y, por tanto, poseyeron ojos más grandes que los del ser humano anatómicamente moderno.
Los investigadores calcularon el tamaño del cerebro típico a partir de fósiles, teniendo en cuenta las necesidades de procesamiento visual y otros factores.
Una vez contemplados todos los elementos de juicio, los investigadores pudieron averiguar que porción del cerebro quedaba disponible para otras funciones cognitivas.
Una investigación previa realizada por los científicos de la Universidad de Oxford mostró que los seres humanos modernos que viven en latitudes más altas desarrollaron a lo largo de su historia evolutiva áreas visuales más grandes en el cerebro, para así poder lidiar con niveles luz menores que los reinantes en África.
El nuevo estudio se basa parcialmente en los resultados de esa investigación previa, y lleva sus conclusiones un paso más allá, al sugerir que los neandertales muy probablemente tenían los ojos más grandes que los seres humanos anatómicamente modernos, porque habían evolucionado en Europa, mientras que los humanos anatómicamente modernos se desarrollaron en zonas de baja latitud, de África, y sólo se propagaron al resto del mundo en fechas evolutivamente recientes.
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