Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas, la población mundial en 2100 se moverá en un horquilla entre los 15.800 millones de personas para la estimación más alta, y los 6.200 millones para la más baja, una cifra incluso por debajo de los 7.000 millones actuales.
Un modelo matemático desarrollado por un equipo de las universidades Autónoma de Madrid (UAM) y CEU-San Pablo (España) parece confirmar la estimación más baja, así como un descenso en el número de habitantes de la Tierra a partir de mediados de este siglo XXI.
Para realizar el estudio, que publica la revista Simulation, se han utilizado las series de población que ofrece la ONU entre los años 1950 y 2100. Después se han aplicado ecuaciones matemáticas que se usan en ámbitos científicos como la física de la materia condensada.
“Se trata de un modelo que describe la evolución de un sistema de dos niveles en el que hay una probabilidad de paso de uno a otro”, explica a SINC Félix F. Muñoz, investigador de la UAM y coautor del trabajo.
El equipo ha considerado la Tierra como un sistema cerrado y finito, donde no afecta que haya migraciones de personas en su interior, y donde se cumple el principio fundamental de conservación de la masa –biomasa en este caso– y la energía.
“Dentro de este principio general, las variables que limitan la zona superior e inferior de los dos niveles del sistema son las tasas de natalidad y de mortalidad”, señala Muñoz, quien recuerda el cambio que ha habido en la relación entre las dos variables a lo largo del último siglo.
“Partimos de una situación general de alta natalidad y alta mortalidad, con un crecimiento lento a favor de la primera –añade–, pero de pronto cae la mortalidad en la segunda mitad del siglo XX por las mejoras sanitarias y el aumento de la esperanza de vida, y parece que la población va a crecer mucho. Sin embargo en las tres últimas décadas también desciende mucho el número de niños que nacen en el mundo”.
La curva sigmoidea –en forma de S– del modelo refleja esta situación, con un punto de inflexión a mediados de los 80 del siglo pasado, donde la población comienza reducir su velocidad de crecimiento hasta llegar a estabilizarse en torno al año 2050.
Los datos también reflejan la tendencia a la baja en la serie de previsiones de la ONU. “La sobrepoblación era un fantasma en los 60 y 70, pero históricamente se han ido cumpliendo las previsiones de la variante de baja fertilidad de Naciones Unidas”, destaca Muñoz.
En una fecha tan cercana como 1992 se preveía que para 2010 habría 7.170 millones de habitantes en la Tierra, en lugar de los 6.800 millones reales. De hecho, la tasa de fertilidad ha caído más de un 40% desde 1950.
“Este trabajo es un elemento más de juicio para el debate, aunque nosotros no entramos en las importantes consecuencias económicas, demográficas y políticas que puede suponer la estabilización y envejecimiento de la población mundial”, concluye el investigador.
Un modelo matemático desarrollado por un equipo de las universidades Autónoma de Madrid (UAM) y CEU-San Pablo (España) parece confirmar la estimación más baja, así como un descenso en el número de habitantes de la Tierra a partir de mediados de este siglo XXI.
Para realizar el estudio, que publica la revista Simulation, se han utilizado las series de población que ofrece la ONU entre los años 1950 y 2100. Después se han aplicado ecuaciones matemáticas que se usan en ámbitos científicos como la física de la materia condensada.
“Se trata de un modelo que describe la evolución de un sistema de dos niveles en el que hay una probabilidad de paso de uno a otro”, explica a SINC Félix F. Muñoz, investigador de la UAM y coautor del trabajo.
El equipo ha considerado la Tierra como un sistema cerrado y finito, donde no afecta que haya migraciones de personas en su interior, y donde se cumple el principio fundamental de conservación de la masa –biomasa en este caso– y la energía.
“Dentro de este principio general, las variables que limitan la zona superior e inferior de los dos niveles del sistema son las tasas de natalidad y de mortalidad”, señala Muñoz, quien recuerda el cambio que ha habido en la relación entre las dos variables a lo largo del último siglo.
“Partimos de una situación general de alta natalidad y alta mortalidad, con un crecimiento lento a favor de la primera –añade–, pero de pronto cae la mortalidad en la segunda mitad del siglo XX por las mejoras sanitarias y el aumento de la esperanza de vida, y parece que la población va a crecer mucho. Sin embargo en las tres últimas décadas también desciende mucho el número de niños que nacen en el mundo”.
La curva sigmoidea –en forma de S– del modelo refleja esta situación, con un punto de inflexión a mediados de los 80 del siglo pasado, donde la población comienza reducir su velocidad de crecimiento hasta llegar a estabilizarse en torno al año 2050.
Los datos también reflejan la tendencia a la baja en la serie de previsiones de la ONU. “La sobrepoblación era un fantasma en los 60 y 70, pero históricamente se han ido cumpliendo las previsiones de la variante de baja fertilidad de Naciones Unidas”, destaca Muñoz.
En una fecha tan cercana como 1992 se preveía que para 2010 habría 7.170 millones de habitantes en la Tierra, en lugar de los 6.800 millones reales. De hecho, la tasa de fertilidad ha caído más de un 40% desde 1950.
“Este trabajo es un elemento más de juicio para el debate, aunque nosotros no entramos en las importantes consecuencias económicas, demográficas y políticas que puede suponer la estabilización y envejecimiento de la población mundial”, concluye el investigador.
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