sábado, 10 de agosto de 2013

Las bolas de fuego Perseidas

En astronomía, hay pocas cosas que se comparan con un brillante meteoro surcando la titilante bóveda celeste de una noche sin luna. El inesperado destello luminoso añade una pizca de magia a una caminata normal bajo las estrellas. Una nueva investigación realizada por la NASA acaba de identificar la más mágica de todas las noches. "Hemos descubierto que hay una lluvia de meteoros que produce más bolas de fuego que cualquier otra", explica Bill Cooke, quien trabaja para la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides, de la NASA. "Es la lluvia de meteoros Perseidas, la cual alcanzará su máximo entre el 12 y el 13 de agosto".



Empleando una red de cámaras distribuidas en el sur de Estados Unidos, el equipo de Cooke ha estado rastreando la actividad de las bolas de fuego desde el año 2008 y ha acumulado una base de datos que contiene cientos de eventos para analizar. Los datos indican que las Perseidas son las "campeonas de todas las bolas de fuego" entre las lluvias de meteoros anuales.

Una bola de fuego es un meteoro muy brillante, al menos tan brillante como los planetas Júpiter o Venus. Se les puede ver durante cualquier noche, conforme meteoroides aislados entran a la atmósfera de la Tierra. No es inusual ver alguna bola de fuego a intervalos de algunas horas. Sin embargo, las bolas de fuego se vuelven más numerosas cuando la Tierra pasa a través de la corriente de residuos de un cometa. Esto es lo que ocurrirá en agosto.

La lluvia de meteoros Perseidas proviene del cometa Swift–Tuttle. Cada año, de principios a mediados de agosto, la Tierra atraviesa una nube de polvo que el cometa deja atrás al acercarse al Sol. Cuando los meteoroides Perseidas golpean nuestra atmósfera a 212.000 kilómetros por hora (132.000 millas por hora), producen un espectáculo de luces anual que está entre los favoritos de los observadores del cielo nocturno.

Cooke cree que las Perseidas producen muchas bolas de fuego debido al tamaño del cometa que les da origen.

"El cometa Swift–Tuttle tiene un núcleo gigantesco, de unos 26 kilómetros de diámetro", comenta Cooke. "La mayoría de los demás cometas son mucho más pequeños, con núcleos que apenas llegan a unos kilómetros de tamaño. Como resultado, el cometa Swift–Tuttle produce una gran cantidad de meteoroides, muchos de los cuales son lo suficientemente grandes como para producir bolas de fuego".

Cooke recomienda estar alerta las noches del 12 y del 13 de agosto, entre las 10:30 de la noche y las 4:30 de la madrugada, hora local. Antes de la media noche, la tasa de meteoros será un poco baja, y luego se irá incrementando conforme progrese la noche, alcanzando así su máximo antes del amanecer, cuando la constelación Perseo se encuentre alta en el cielo.

Por cada bola de fuego que emane de Perseo, habrá docenas de meteoros normales.

"Trate de alejarse de las luces de la ciudad", recomienda Cooke. "Aunque las bolas de fuego pueden verse desde zonas urbanas, las mucho más numerosas, aunque débiles, Perseidas solo serán visibles desde el campo".

En total, la tasa de meteoros Perseidas en cielos oscuros podría alcanzar los 100 meteoros por hora.

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