Un grupo de químicos ha conseguido sintetizar la primera muestra de una nueva forma de carbono. El nuevo material está formado por muchas piezas idénticas de grafeno muy combado, cada una compuesta por 80 átomos de carbono exactamente, conformando una red de 26 anillos, con 30 átomos de hidrógeno en el borde.
El grafeno es un material que consiste en una capa de carbono con un átomo de espesor, en la cual los átomos de carbono conforman una celosía hexagonal, similar a la de un panal de miel.
El grafeno es un material que consiste en una capa de carbono con un átomo de espesor, en la cual los átomos de carbono conforman una celosía hexagonal, similar a la de un panal de miel.
El informe sobre la creación del nuevo material se ha hecho público a través de la revista académica Nature Chemistry.
Hasta fines del siglo XX, los científicos habían identificado sólo dos formas de carbono puro: el diamante y el grafito. Luego, en 1985, los químicos quedaron atónitos con el descubrimiento de que los átomos de carbono también se podían juntar para formar bolas huecas, conocidas como fullerenos. Desde entonces, los científicos también han aprendido a obtener tubos huecos largos y ultradelgados de átomos de carbono, conocidos como nanotubos de carbono, y las láminas ultradelgadas de átomos de carbono conocidas como grafeno.
El descubrimiento de los fullerenos fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 1996, y la preparación del grafeno fue galardonada con el Premio Nobel de Física en 2010.
A diferencia del grafeno, la nueva forma de carbono no adopta una estructura plana en absoluto. Esa diferencia también dota al nuevo material de propiedades físicas, ópticas y electrónicas distintas de las del grafeno.
El material creado por el equipo de Lawrence T. Scott, del Boston College en Chestnut Hill, Massachusetts, Estados Unidos, y Kenichiro Itami, de la Universidad de Nagoya en Japón, es mucho más soluble que el grafeno, a igualdad de condiciones, y los dos también difieren significativamente en el color. Las mediciones electroquímicas revelaron que el grafeno y el nuevo material se oxidan con igual facilidad, pero el nuevo es más difícil de reducir químicamente.
Igual que ocurrió con los nanotubos de carbono, y con el grafeno, es previsible que la nueva forma de carbono encuentre aplicaciones prácticas en un futuro cercano.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Yasutomo Segawa, Qianyan Zhang y Katsuaki Kawasumi.
Via
A diferencia del grafeno, la nueva forma de carbono no adopta una estructura plana en absoluto. Esa diferencia también dota al nuevo material de propiedades físicas, ópticas y electrónicas distintas de las del grafeno.
El material creado por el equipo de Lawrence T. Scott, del Boston College en Chestnut Hill, Massachusetts, Estados Unidos, y Kenichiro Itami, de la Universidad de Nagoya en Japón, es mucho más soluble que el grafeno, a igualdad de condiciones, y los dos también difieren significativamente en el color. Las mediciones electroquímicas revelaron que el grafeno y el nuevo material se oxidan con igual facilidad, pero el nuevo es más difícil de reducir químicamente.
Igual que ocurrió con los nanotubos de carbono, y con el grafeno, es previsible que la nueva forma de carbono encuentre aplicaciones prácticas en un futuro cercano.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Yasutomo Segawa, Qianyan Zhang y Katsuaki Kawasumi.
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