En 2010 los miembros del experimento ALPHA del CERN ya consiguieron atrapar antihidrógeno, el átomo de antimateria neutra más simple. Ahora han medido por primera vez su masa gravitacional –fuerza de atracción en un campo gravitatorio.
En realidad el objetivo original de este experimento no era estudiar la gravedad, pero los investigadores se dieron cuenta de que los datos recogidos también podrían ser susceptibles a los efectos gravitacionales.
“Uno de los grandes interrogantes sobre la antimateria neutra es cómo se comporta cuando interactúa gravitacionalmente con la materia”, explica a SINC Marcelo Baquero-Ruiz, de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.) y coautor del estudio que publica Nature Communications.
“Hay muchos argumentos que sugieren que ambas se debería atraer y comportarse de la misma manera prosigue. Sin embargo, nunca nadie ha tenido la posibilidad de poner a prueba experimentalmente esta afirmación hasta ahora. Pero quedan preguntas sin resolver: ¿Se caerá la antimateria hacia arriba o hacia abajo? ¿O tal vez es atraída hacia la materia pero con una aceleración diferente?”
Estas cuestiones siguen intrigando a los físicos, añade Joel Fajans, otro miembro de la colaboración en la Universidad de California-Berkeley, ya que "en el caso improbable de que la antimateria se cayera hacia arriba, tendríamos que revisar radicalmente nuestra visión de la física y repensar cómo funciona el universo".
Pero los argumentos teóricos actuales predicen que los átomos de hidrógeno y antihidrógeno tienen la misma masa y deben interactuar ante la gravedad de la misma manera. Si se libera un átomo, debería experimentar una fuerza hacia abajo tanto si está hecho de materia o antimateria.
"El aparato ALPHA puede atrapar átomos de antihidrógeno y luego liberararlos a propósito", aclara Jeffrey Hangst, el portavoz de ALPHA. "Utilizamos nuestro detector de aniquilación sensible a la posición para ver si podíamos observar la influencia de la gravedad en esos átomos liberados".
El equipo ha analizado retroactivamente cómo los átomos de antihidrógeno se movieron cuando se liberaban, lo que les ha permitido establecer unos límites a los efectos gravitacionales anómalos, pero de momento se trata de un primer paso.
Los científicos confían en que cuando se reanude el experimento en 2014 con una trampa de antimateria actualizada bautizada com ALPHA-2 se logren más avances. Además, el CERN prepara otros experimentos, como AEgIS y GBAR, para seguir midiendo cómo la gravedad afecta al antihidrógeno. (Fuente: CERN/SINC)
Pero los argumentos teóricos actuales predicen que los átomos de hidrógeno y antihidrógeno tienen la misma masa y deben interactuar ante la gravedad de la misma manera. Si se libera un átomo, debería experimentar una fuerza hacia abajo tanto si está hecho de materia o antimateria.
"El aparato ALPHA puede atrapar átomos de antihidrógeno y luego liberararlos a propósito", aclara Jeffrey Hangst, el portavoz de ALPHA. "Utilizamos nuestro detector de aniquilación sensible a la posición para ver si podíamos observar la influencia de la gravedad en esos átomos liberados".
El equipo ha analizado retroactivamente cómo los átomos de antihidrógeno se movieron cuando se liberaban, lo que les ha permitido establecer unos límites a los efectos gravitacionales anómalos, pero de momento se trata de un primer paso.
Los científicos confían en que cuando se reanude el experimento en 2014 con una trampa de antimateria actualizada bautizada com ALPHA-2 se logren más avances. Además, el CERN prepara otros experimentos, como AEgIS y GBAR, para seguir midiendo cómo la gravedad afecta al antihidrógeno. (Fuente: CERN/SINC)
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