Un grupo de investigadores estadounidenses ha analizado el fósil más completo de una cría del dinosaurio Parasaurolophus. Un adolescente había encontrado por casualidad el pequeño esqueleto en 2009 durante su visita a un parque natural de Utah (EE UU).
Investigadores estadounidenses han podido analizar el fósil de un bebé de Parasaurolophus, un dinosaurio que vivió hace más de 75 millones de años. Son los restos más jóvenes y completos de este animal encontrados hasta la fecha y han servido a los científicos para describir por primera vez cómo desarrolló la peculiar estructura ósea de su cabeza.
Investigadores estadounidenses han podido analizar el fósil de un bebé de Parasaurolophus, un dinosaurio que vivió hace más de 75 millones de años. Son los restos más jóvenes y completos de este animal encontrados hasta la fecha y han servido a los científicos para describir por primera vez cómo desarrolló la peculiar estructura ósea de su cabeza.
Los descubrimientos de este grupo de expertos del museo Raymond M. Alf de Paleontología y la Universidad de California, publicados en la revista PeerJ, “han permitido, por primera vez entender exactamente cómo estos ejemplares desarrollan su inusual ‘sombrero”, señala a SINC Andrew Farke, uno de los autores del estudio.
“Joe –como los científicos han bautizado al bebé– medía unos dos metros cuando murió y podía caminar durante horas”, explica el investigador del museo.
Los ejemplares de esta especie herbívora tenían un pequeño bulto de hueso que se transformaba en una cresta cuando se hacían adultos.
Además, “Parasaurolophus crecía con una rapidez ridícula. El análisis microscópico de sus huesos revela que el animal pasaba de ser tan pequeño como un niño a medir dos metros en menos de un año”, recalca Farke.
Tras años de análisis de Joe, los expertos han descubierto que la dirección del crecimiento del cráneo del Parasaurolophus es diferente a la de sus congéneres más cercanos. “Comienza a desarrollar su cresta mucho antes y crece durante más tiempo. Esta alteración le permite tener ese cráneo tan característico”, indica el investigador.
Un pequeño gran hallazgo
Las investigaciones no hubieran sido posibles si Kevin Terris, un estudiante de 17 años, no hubiera encontrado por causalidad el fósil en 2009.
El joven paseaba por el Monumento Nacional de Grand Staircase-Escalante, un parque natural del sur de Utah (EE UU) plagado de formaciones geológicas, cuando observó un pequeño saliente en una pared rocosa.
Terris comenzó a escarbar hasta lograr extraer la pieza que resultó ser el cráneo en miniatura de este dinosaurio.
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